miércoles, 24 de abril de 2013

Día del libro (2): ganadores del I Concurso de microrrelatos por Twitter

Los ganadores y finalistas de este concurso han sido los siguientes (reproducimos sus microrrelatos tras el nombre de cada uno):

Primer premio: Mª del Pilar Almodóvar Rivera
No hay carne sin locura, tanto como no hay noche sin luna, no existe la poesía sin verso. Somos cuerpo y somos demencia disfrazada de cordura. ¿Quién está cuerdo? quizás el loco, quizás la mujer, aquejada de melancolía, quizás el niño inocente, o el anciano en su último aliento, el enfermo de olvido. Amnesia, cura espiritual y ficticia del alma, ¿a caso tú nos salvarás de la vesania?

Segundo premio: Cristina Mª Copado Mozos
Estaba sola, paseando por el frondoso bosque a la luz de la luna, sin saber qué hacía allí. De repente, escuché a un caballo relinchar. Me paré en seco, reconocería a aquel caballo en cualquier parte. Me dirigí hacia un estrecho camino y lo vi. Era un caballo precioso, era mi caballo. Oírlo trotar me hizo volver a la realidad, todo había sido un sueño, mi caballo estaba muerto.

Tercer premio: Joaquín J. Rubio Baños
Mientras yo escribo este mensaje, otros se darán un beso, llorarán o simplemente se dedican a andar por la ciudad...pero lo más importante está en crecer, tocar la luna, lograr tu sueño, no dejarse llevar por los demás y siempre lograr la felicidad, aunque sea solo por la poesía que os acabo de narrar.

Finalistas:

Gonzalo de la Orden Rodríguez
Cuando me agarró la locura del brazo deshice mis pasos en el camino y comencé a vivir de verdad, guiado por mis deseos y mis sueños.


Luis González Alañón
Me despierto bañado en sudor, tras la pesadilla que cada noche me persigue, me asomo a la ventana y veo a la luna, mi consuelo, mi luna. Mi único temor es morir solo, ya que eso lleva al olvido de mi presencia, y que a las semanas encuentren mi cuerpo putrefacto en el suelo. Allí estaba ella, esperándome un poco malhumorada, con su vestido rojo, me acerqué, le di un beso, se alejó y se fue; no la he vuelto a ver.


Clara García Sillero
Estábamos asfixiados, no sabíamos qué hacer, la tormenta blanca se avecinaba, las tablas verdes se colocaban, y no había salida posible. El examen comenzó y la locura se instaló.


Laura Rísquez Velasco
Era una noche mágica, alumbrada por estrellas, en la que los dos solos paseábamos junto al mar. Él se acercó a mí, me abrazó, puso sus labios junto a los míos y un escalofrío recorrió mi cuerpo, entonces supe que mi deseo se había cumplido, nuestro primer beso bajo la luna llena.




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